Amy Winehouse, ¡qué pena de Diva… y de vida!

Begoña Piedra

Hacía tiempo que esperaba alguien como ella. Es gratamente sorprendente descubrir un talento tan evidente y natural como el que posee Amy Winehouse. Yo no soy crítica musical, pero puedo presumir de cierto “olfato” a la hora de diagnosticar éxito y fracaso…(huelga nombrar algunos de nuestros nuevos artistas a los que auguré buen futuro…)

“No hay nada como tener personalidad”, repetía constantemente mi padre cuando daba su opinión sobre cualquier artista, ya se refiriera a actores, cantantes o pintores cuando yo era pequeña. ¡Qué gran verdad! “No intentes nunca parecerte a nadie; sé tú un referente, eso has de lograr”, me aconseja mi padre.

Hace ya muchos meses escuché el famoso “Rehab” de Amy, antes de que se promocionara en España (creo que fué en Londres…), estaba claro que era un éxito. Pero mi canción favorita de este nuevo talento es “Love is a losing game”, sencillamente MAGISTRAL. Esa interpretación con clase y buen gusto es toda una lección de técnica vocal para cualquier cantante, sin excesos ni florituras innecesarias, especialmente sin ese odioso y exagerado vibrato del que tanto se abusa últimamente, sobre todo en un reality show…que me ahorro nombrar.

Bien es cierto que un exceso de cardado y tatuajes no la convierte en uno de mis iconos favoritos de la moda, pero tengo que reconocer que la chica tiene un estilo propio y original, que hasta inspira a un Karl Lagerfeld poco dado a la obviedad y a lo vulgar, y eso ya dice mucho…

Solo espero que Amy nos siga conquistando con su inconfundible forma de cantar (para mi podría llegar a ser un clásico…) y que encuentre la estabilidad emocional porque aunque siempre se ha dicho que el desamor es más aliado de la creatividad y la inspiración para el arte de la música, ella se merece ser feliz.