La cantante Luz Casal volverá a ser intervenida quirúrgicamente tras serle detectado un cáncer de mama. Luz ya se había recuperado de otro cáncer hace tres años cuando fue intervenida de urgencia en la clínica Ruber de Madrid
La cantante gallega informó a sus fans a través de un comunicado en su página web y anunció el aplazo de sus próximos conciertos que formaban parte de su gira «La Pasión»
Además, el domingo fue homenajeada por el concejo coruñés de Boimorto, que le otorgó el título de hija predilecta. En este acto la cantante aseguró: «cuando la cosa se pone muy grandilocuente, digo siempre que soy una mujer de aldea, porque es como decir que eres una persona sencilla, con los pies en la tierra, que ama la naturaleza y todo lo que significa».
Luz Casal, esencia de mujer.
Hiere el aire en dulcísima armonía. Luz Casal está indispuesta y destemplada. Y yo, tengo un cierto dolor a compartir aunque sólo sea un instante, con pensar me alegro sabiendo que lucharás y batallarás sin desvanecerte, impasible como la hoja de un libro lucharás como un río que recurva al afluente, torrente arriba hasta salir al mar.
Luz , eres mujer fuerte y valiente. Tu temperamento y tu fibra no podrán apagar la llama. No te puedes dejar vencer sin lucha, ni tampoco dejar que tan sutil tumor te envenene con copa de cristal, ni que tampoco rompa el trazado de tu vida, ese, que has diseñado con esbozos de talento hecho melodía y que han agitado tantos años mis oídos. Tu voz está dentro de tu alma, y el alma está dentro de tu cuerpo. No dejes ir a tu cabeza la idea del derrotero. Suelta tu alma, sin miedo, como una cometa, para que juegue con el viento. Un viento dulce, tranquilo simple y recogido. Pues tu mal, sólo es una mancha de hierba en tus jardines que hace llegar sus olores a todas las esencias. Sé, que son tan injustos los dolores como justa será la cura.
Necesitamos que estés entera para que nosotros estemos tranquilos, serenos y empáticos. Que venzas a la furia desatada, que sueltes las correas que te sujetan para que se liberen de la angustia. De tu pecho, saldrá el grito más desgarrador que se oirá en un bosque de mudas palabras. Desnuda y sola bregarás hasta que reviente el mal como el vinagre agria al vino. Las células malévolas ya están calladas, ya no dicen nada. Pelear por algo siempre ha sido tu esencia más profunda y recóndita. Y de entre el barro, que todo lo mezcla y todo lo baraja, saldrá la arcilla para liberar tal mal. Como algo perenne, caminaras hacia adelante con el apoyo y el cariño de cien canta autores, de cien poetas y de cien trovadores, que harán que tu sonrisa vuelva alimentar el día. Esa, será tu mejor medicina. Tú pudiste una vez, tú puedes otra.
Has de saber esperar un poco más, quizás solo un poquito de templado estoicismo, de entereza y flema que te golpean el corazón, bombeando el veneno de la vida. Porque vida, es querer vivir. Y no ha de hacerte más prisionera y sierva que las cadenas invisibles que te sujetan.
La noche, recién comienza a alumbrar. Las luces están tenues en el viejo Madrid que te vio nacer como artista. Y tu voz, es de esas que acarician la piel rozando la conciencia por el interior del alma. Y tu tarareo, es como un magnífico resplandor que aclara toda la ciudad, que se enreda en escondidos recoletos. Porque, en los huecos, también se oye el sonido del “bel canto”.
Luz, has de saber que sólo vemos lo que miramos, sentimos lo que pensamos y queremos lo que amamos. La vida debe de seguir girando como un molino de cristal, soplos de apoyo de aliento que de todos sitios te vienen. Lo demás, será materia permeable y superable que anulará la hoja seca de tu pecho. Hay golpes en la vida y mullidos colchones que soportan el más grande despeñamiento, sin importar alturas, ni tallas, ni picotas.
Dale una pista falsa a la enfermedad y corre como el viento. Corre hacia adelante sin mirar atrás, hacia la luz que ves al fondo de tus ojos tan aprisa para que no te alcance, Y como el metal que se funde se diluirá por sí sola. Tus lágrimas de ahora abrasarán el mal, y lo quemarán vivo, aunque vaya vestido de paisano. Estamos serenos porque sabemos que tu carácter vencedor y de pasión sobrante te avala y equilibrará la balanza. Y ésta, hará la valía justa de tu vida. Corre con el alma pegada. Porque el alma también pesa, como pesa el aire y las esencias más livianas.
Aparento serenidad cuando escucho echado en mi solitario camastro tus canciones, que me despiertan los sentidos, meditando con ellas, como si tuviera la vida dormida. Estoy sereno, pero trémulo a la vez. Porque sin tí, la música de autor y de ribetes mesiánicos no existiría en su plenitud. Más grande que la vida han sido tus letras y canciones, tus melodías más pegadizas que tanta melancolía han engendrado entre los que te siguen como agua viva. Las que todavía alumbran generaciones. Las de la juventud que se escapa como una mariposa por los espejuelos de los sueños. La lozanía y la vitalidad sólo se reflejan con claridad y tersura para quien está delante del espejo del presente.
Como arcos de luz, anulando la penumbra, tu cancionero es como un manuscrito escrito con lágrimas de sal, que inunda el espacio vacío que tiene todo corazón, dejando sólo un rincón para llenar. Y todo esto del mal que ahora te importuna, quede en un rastro del pasado más olvidado. Porque el eco tu voz todavía resuena en el mítico teatro Olympia de París. Como si ayer fuera.
El día después de cualquier día antes, nos levantaremos a cada paso que tú des. Caminaremos por la senda paralela del arroyo con la esperanza de tu cura y alivio. Y, él mismo arroyo, intervendrá como mejor medicina. Pues, como el agua que corre y que transita camino buscando al mar, tu dolencia se diluirá.
La simple brevedad de tu cura me complace y me anima. Porqué, la letra de tus canciones a las células aferradas distraerán y diluirán, pagando así el tributo para que suelten lastre y te dejen libre y desenvuelta, como mujer libre que siempre has sido. Que todo va a estar bien, que todo será de resguardo y amparo, esperando impaciente el momento de que vuelvas al escenario. Porque ese, podría ser el mejor día, para poder elevar el dulce sentimiento de la canción más hermosa. Esa, que derrama la música en un abanico de tupidas y espesas melodías que se desgranan a “contraluz”. “Vida tóxica”; sí, de unas llagas que ya han comenzado a dejar de supurar.
Te queremos Luz, aunque nos duela tu circunstancia y tu pormenor. No te “dejaremos marchar”. En tu mar de confianza navegaremos remando todos juntos, a fuerza de timón. Pues el sextante que te ha de guiar, te llevará a tierras gallegas, que también son tierras de marinos. El aire fresco respira hilando como un cristal el reflejo de tu mirar, en el pequeño municipio gallego que te vio nacer. Sentiremos en nuestros rostros el aire que sopla de la brizna que llega húmeda por el Oeste. Porque el viento, es aire siempre de viaje. Y tu voz, aliento que embriaga imaginando quimeras de cristal.
Sergio Farras, escritor tremendista.
“Para Luz Casal y todas las mujeres que sufren de cáncer de mama”.