Cold War Kids se han resignado. Durante dos álbumes, unos cuatro años, han querido defender su independencia con respecto a los grupos de Los Angeles, pero el semi fracaso del segundo álbum le han hecho replantearse toda su carrera artística.
Hasta el punto que se han ido a vivir a Los Angeles y este último álbum, francamente excelente, aunque sin ser la delicia de la opera-prima que era “Robbers and Cowards”, han utilizado el “main-stream”.
Por ejemplo, contratar al caro productor Jacquire King, que ha tenido el éxito con Kings of Leon, pero que quizá les has traicionado en un sonido único diferente, por un sonido más predecible.
El otro día , Moby, que se ha hartado del frío de Nueva York y de los chinos, en su apartamento fronterizo entre Tribecca y Canal Street, territorio chino en Manhattan, contaba como pasó miedo y terror cuando un loco penetró en su estrenada casa de Los Angeles, en Los Feliz, el territorio, al final de Hollywood Boulevard, que ahora está de moda.
Más a la derecha, en Silver Lake es donde vive Daniel Lanois, que también se ha pasado a las “naranjas” de Los Angeles, un ciudad que convierte a Robbie Williams en pintor y que presume que le ha hecho un cuadro maravilloso a Rod Stewart, preocupado ahora este en remomorar su época en el grupo de Jeff Beck.
Cold War Kids también han emigrado en Los Feliz. Para estar más próximos en los grupos de presión. Abajo están en el Sunset, el Roxy, en Santa Mónica, el Trobodaur.
Los Angeles, como en los finales de los sesenta, vuelve a estar de moda y Cold War Kids, uno de nuestros grupos favoritos no han querido desaprovecharlo. Long Island se ha quedado sólo en el terriotorio del barco- hotel, el Queen Elizabeth, el submarino que hay al lado y ese museo de Bob Marley. Pero ya no hay mas. Los Angeles es el epicentro, nuevamente.
Suenan demasiado bien….
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