Desde que en diciembre del año pasado se estreno en el Planet Hollywood de Las Vegas, el espectáculo «Britney: Piece of mine», la ex niñita Disney, reconvertida en vedette, se sigue dando que hablar. Y es que bailar ya bailaba como un pato mareado, prueba de ella fue su lamentable actuación de los MTV del 2007, cuando tras años sin subirse a un escenario la lió con una sucesión de movimientos patosos y sosos.
Ahora parece que baila un poco más. Lo que no hace Britney Spears es cantar. En un espectáculo que pretende recuperar los grandes éxitos de la cantante pop, con sus temas «Baby One More Time», «(You Drive Me) Crazy», «Oops!…I Did It Again», «I’m A Slave 4 U», «Toxic» y «Womanizer», mezcla lo teatral con momentos más similares a un nightclub.
El realizador responsable de tanto brillo es Baz Halpin un productor y diseñador de espectáculos musicales, que también ha colaborado con cantantes como Pink o Katy Perry. Ya otros artistas han caído en las redes económicas de Las Vegas con super contratos millonarios, como Celine Dion y Elton John. Incluso franquicias de las artes escénicas como el Circo del Sol hacen su agosto con espectaculares montajes a la altura de la grandiosidad de Las Vegas.
Que Britney ya no canta, hace tiempo que lo sabemos. De hecho el espectáculo, que cuesta en la butaca más barata unos 100$, no vende eso. Vende una marca con todo un aparataje de luces y vídeo que la rodea. Vivan Las Vegas.