Con música de Antonio Vivaldi, nacido el 4 de marzo de 1678, arrancó en el Teatro Lara, en Madrid, la temporada clásica con la presentación de la violinista Margherita Marseglia.
Entre el material elegido para este acontecimiento, que continuará todos los domingos hasta el 11 de abril, destaca »Las cuatro estaciones», además de algunas piezas sueltas del referido compositor oriundo de Venecia, Italia, y de otros músicos clásicos.
Vivaldi fue un violinista virtuoso que plasmó su sello particular en sus más de 500 conciertos, 70 sonatas, 45 óperas, obras sacras y muchas melodías individuales, logrando crear un lenguaje musical apasionado y a la vez romántico.
El destacado músico, primogénito de seis hermanos del matrimonio formado por Giovanni Battista y Camilla Vivaldi, fue bautizado el mismo día de su nacimiento por su delicado estado de salud, que casi le provoca la muerte.
El heredó de su padre el color rojo del cabello, por lo que fue llamado «Il Prete Rosso» (El Cura Rojo), así como la pasión por la música.
Precisamente sus primeras enseñanzas artísticas las tuvo de su progenitor, quien era violinista y gozaba de gran reputación en el arte de Venecia de ese entonces.
En marzo de 1703, Antonio Vivaldi se ordenó como sacerdote, pero prácticamente no ejerció porque una grave dolencia de pecho, posiblemente asma, le impidió celebrar misa.
Por esta razón, tiempo después fue dispensado de sus deberes y en septiembre de ese mismo año asumió el cargo de maestro del coro del Hospital de la Piedad, de Venecia, en el cual estuvo hasta 1749.
Ese lugar lo dejó por algunas temporadas a fin de cumplir con sus compromisos artísticos, tanto en Italia como en el extranjero.
En 1705 dio a conocer su primera colección de sonatas dedicadas al conde Annibale Gambara. El opus II (12 sonatas para violín y clave) apareció cuatro años después.
Nuevamente fue nombrado profesor de violín en 1711, año en que se dio a conocer el Opus III: «L estro armónico», la más importante colección de conciertos del siglo.
La repercusión de esta obra fue inmensa en toda Europa, como lo demuestra el hecho de que Bach realizó distintas transcripciones de ella.
Vivaldi comenzó a establecer relaciones con el teatro de Sant`Angelo. En 1713, la Piedad le concedió un permiso para «ejercitar su destreza» y se representaron sus primeras óperas, como «Orlando finto pazzo», o «Nerone fatto Cesare».
Un año después dio a conocer su opus IV: «La stravaganza». Su éxito como compositor operístico consiguió que fuera el encargado de componer la ópera del carnaval.
En 1716 recibió la visita de Pisendel, miembro de un grupo de músicos de élite enviados desde Sajonia para estudiar el estilo italiano. Además de ser grandes amigos, Vivaldi fue su maestro.
A su regreso, Pisendel llevó con él una gran cantidad de conciertos y de obras vocales, que dieron a conocer a Vivaldi por toda Europa.
Entre 1718 y 1720 ocupó el puesto de Maestro Di Capella Da Camera en Mantua, donde compuso la mayoría de las cantatas.
En el periodo de 1720 a 1723 se dedicó plenamente a la ópera; escribió, entre otras, «La Candace o siano li veri amici», «Ercole sul Termodonte», «Filippo, re di Macedonia», «Gli inganni per vendetta», «La Silvia» y «La verit in cimento».
Fue en 1723 cuando de nuevo comenzó a trabajar para la Piedad. En diciembre de ese mismo año se publicó opus VIII: «Il cimento dell armonia e dell invencione», que contiene las famosas cuatro estaciones.
Estas cuentan con un soneto descriptivo de la obra, lo que las hace valedoras del «título» de primera composición programática.
De 1727 a 1729, Vivaldi alcanzó su máximo éxito en el mundo de la ópera. En 1729 compuso para el monarca francés Luis XV la más importante de sus serenatas, «La Sena festeggiante».
En la misma época entregó al emperador de Austria, Carlo VI, su Opus IX: «La Cetra». Poco después se publicaron su siguiente opus y seis conciertos para flauta y orquesta.
En 1730 y 1731, Vivaldi se asentó en Praga, donde compuso varias óperas y dos sonatas para laúd, dos violines y bajo, encargo personal del conde Johann Joseph Von Wrthby.
En 1733 regresó a Venecia para componer las óperas «Motezuma», «La Olimpiade», «La Adelaide» y «Bajazet». En 1735, Vivaldi fue contratado de nuevo en la Piedad, como Maestro de Concerti.
Entre 1737 y 1739, mientras trabajaba para la Piedad, fracasó en su intento de que representaran varias de sus óperas. En 1740, aunque se desconoce el motivo, decidió viajar a Viena, pero en julio de 1741 murió arruinado en esa ciudad.
Desde ese momento no se tienen noticias dignas de crédito sobre el resto de su vida, sólo se sabe que falleció pobre en Viena en un hospital, el 28 julio de 1741.
fuente: diario de Yucatan