Es la tercera vez que Don Omar está en la Argentina. Es un hombre que aparece siempre sonriente, como si sólo tuviera pensamientos agradables. Tiene una felicidad interior que contagia. Se le nota que está pasando por un buen momento.
Llegó y en la primera jornada de trabajo de su agenda de compromisos, realizó un intenso movimiento de prensa. “¡Qué día!”, dijo, omitiendo por respeto al país en que se encuentra el no agregar un… ¡de locos! Es que al mediodía, en este Buenos Aires, al que se le aproxima el verano, se sufre mucho el calor, muchísimo. Pero agravaba la situación que en el centro de la ciudad sucedían paros de transportes públicos y cortes de calles por piqueteros que reclamaban necesidades sociales.
Pero Don Omar hizo todo lo que había que hacer. Y dijo todo lo que tenía que decir, ante un revuelo de adolescentes que aman lo que ofrece. Y que lo sigue a todas partes. ¿Será Don Omar el exclusivo atractivo? ¿Será el reguetón como movimiento musical?… La mejor respuesta, ante una expresión artística que toma como referencia a Puerto Rico es que se hace feliz a los pueblos. Eso es innegable. Y no es poco. Y debe ser un orgullo boricua, con Don Omar, Daddy Yankee, Calle 13 o de quién se trate.
Don Omar reconoció con humildad la importancia de su grupo de trabajo: “Nada podría hacer sin ellos. Muchas veces lo único que tengo que hacer es recibir el micrófono y que me dijeran: ‘Ahora te toca cantar’.
Con referencia a su futuro, comentó que “en junio de 2009 sale mi primera participación en la película ‘The Fast and the Furious’, la versión cuatro. Tengo la oportunidad de haber entrado en este gran mundo que desconocía y que me gustaba tanto. También un disco nuevo, seguro que sí. Y una unión con Daddy Yankee; eso sería un superaño. Hemos tenido conversaciones, incluso para hacer una película juntos. Daddy Yankee ha conquistado el mundo y podríamos hacer buenas cosas. En algún momento esto se hubiese pensado como una actitud de rendición, pero hoy en día este proyecto lo veo como algo que nos va a dar más fuerza