Mateo o Matisyahu, equivalente del mismo nombre el hebreo, es un cantante en pleno cambio. O eso pretende. Después de 10 años en esto de la música reggae con influencias en sus letras a su adscripción religiosa al judaísmo jasídico, dio un vuelco con una estética más pop, que le generó más detractores que amigos. Desde su club de fans hubo una diáspora y el norteamericano que ha querido beber de raíces judáicas, se llevó el apelativo de hipster (por las barbas) sin fondo. No es de extrañar puesto que la corriente jasídica es una de las más ortodoxas de las del judaísmo.
Más allá de que se cortara el pelo y cambiara los ropajes más sobrios por cazadoras pop, o hipster, el músico nacido en West Chester, Pensilvania, tiene ritmos bastante inclasificables que van variando del ska, al reggae, hip-hop, hasta la más pop su canción «Sunshine».
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Por lo tanto no podemos que el cantante se defina estilísticamente y quizás nos gustaría menos si fuera así. Un toque que lo rinde más original es la controversia y la contradicción entre estos ritmos y su físico. Lo que parece es que no ha abandonado lo que le dio fans y es su pensamiento religioso en el fondo, en sus letras.